Recientemente, el Borgata de Atlantic City ha presentado sus alegaciones contra Phil Ivey para el juicio de edge sorting en el juego bacará. El popular jugador de póquer y su compañero también jugador Cheng Yin Sun fueron demandados después de ganar cerca de $10 millones al aprovecharse de las marcas en la parte posterior de las cartas Gemaco. Los dos jugadores obtuvieron sus ganancias jugando ocho sesiones de bacará en el Borgata en 2012.
A finales del mes pasado, los abogados de Ivey pidieron al juez Noel L. Hillman que dictara una sentencia definitiva para el caso. De esta forma, el jugador y su equipo legal podrían presentar una moción ante el Tribunal de Apelaciones de los Estados Unidos para el Tercer Circuito.
Jeremy Klausner, uno de los abogados del Borgata, ha respondido formalmente al llamamiento de Ivey para una sentencia final, diciendo que esta debería emitirse en un corto plazo de tiempo. Sin embargo, el Sr. Klausner argumentó que los motivos del jugador para presentar una apelación carecían de fundamento.
El año pasado, el juez Hillman dictaminó que Ivey y Sun habían violado la Ley de Control de Casino de New Jersey al usar una técnica contenciosa para mejorar sus probabilidades contra la casa y que tenían que devolver sus ganancias de $9.6 millones, además de $500.000 extra por los gastos legales del casino. Sin embargo, aunque el equipo legal del Borgata argumentó que los dos jugadores habían cometido fraude, sus acciones no fueron definidas como tales por el juez.
Ivey y sus abogados han estado tratando de anular la decisión desde que esta se anunció. En su último archivo, el que solicita una sentencia definitiva, citaron que se había ocasionado un «daño irreparable» como la razón principal por la cual el jugador y su compañero no deberían ser obligados a devolver sus ganancias.
Aunque el equipo legal del casino está de acuerdo con la defensa que el juicio necesita una sentencia final, discrepan que la demanda haya ocasionado un «daño irreparable». Según el Sr. Klausner, el daño puramente económico que sufrirían Ivey y Sun no puede calificarse de irreparable. En otras palabras, existe una gran posibilidad de que su solicitud de apelación sea denegada.
A finales del año pasado, Ivey perdió otro juicio de larga duración de edge sorting de bacará, en esta ocasión contra el Crockfords Casino de Londres. El jugador llevó a la sala de juego a los tribunales después de haberle sido denegado el pago de £7.8 millones en ganancias. Bajo el punto de vista del Tribunal Superior, Ivey había engañado de alguna manera al casino usando la técnica de edge sorting, aunque sus acciones no se deben interpretar como deshonestas.
La próxima audiencia sobre el caso Borgata vs Ivey está programada para el 21 de febrero.