No hay controles de acceso en una gran parte de las salas de juego en la provincia de Almeria, en Andalucia, España. Eso fue denunciado de la Asociación de Jugadores de Azar en Rehabilitación de Almeria, porque según este grupo eso provoca y aumenta el número de los jugadores que siguen entrar en las salas y jugar de una manera compulsiva.
Indalajer expresó su crítica sobre las medidas de control que faltan en la mayoría de los salones recreativos y que según la ley los dueños de estos locales están obligados de identificar las personas que van a las salas de juego, controlando de esta manera a sus clientes.
Los miembros de la Asociación destacaron que se necesita tomar este problema en serio de las autoridades que deberían hacer algo para prohibir el acceso incontrolado a las salas de juego y que los propietarios de estos lugares tuvieran la obligación a identificar a sus clientes. Además otra demanda de Indalajer es que se impida el acceso a las personas que practican el juego compulsivo.
De la Asociación mencionaron, y como ya todos saben, el juego de azar incontrolado puede causar muchos problemas financieros. Y según los informes en la provincia almeriense más de 8,000 personas están afectadas de este problema, en total en Andalucía este número alcanza a 200,000. Aunque se alcanza esta cifra, los que en realidad reciben algún tratamiento son solo 1%.
Eso fue el motivo, por lo cual del grupo pidieron ayer a las autoridades que tomaran las medidas para resolver el problema. En su comentario, el presidente de Indalajer, Manuel Fernández ayer anuncio que se exigiría a la Junta de Andalucia que haría lo necesario y que desgraciadamente, el número de los que sufren esta dolencia aumenta cada año.
Actualmente la Asociación de Jugadores de Azar en Rehabilitación de Almeria trata a 120 personas con problemas relacionados con patologías no tóxicas, como son por ejemplo los móviles, tablets, juegos en línea, incluso también las compras compulsivas. De la asociación dicen que muchos de los usuarios de las salas de juego confirman que no les identifican y no les piden ningún tipo de documentación.